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En este mismo momento, un taxi traslada un grupo de chicas post-adolescentes-sentimentaloideas, desde un pub de Palermo Hollywood a un boliche en Puerto Madero. También ocurre que un Peugeot 206 azul metalizado, tercera cuota al día, con cuatro muchachos modelos de vida postmoderna-papidependiente en su interior, cruza la avenida Córdoba por Serrano en busca de culos para bocinear.

Son las típicas dos de la mañana de un sábado, y todos los sábados a la madrugada sucede lo mismo: Mientras ellas comparten ropa y maquillaje, y ellos compran puchos y forros; Acá en casa, cuando la única porción de pizza que quedó en la caja ya está fría, tiramos los dados para ver quién empieza poniendo fichas en sus países... Y esta noche, de nuevo tengo el pálpito, el TEG lo gano yo.

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